¿Qué es?
La toxina botulínica es una toxina con un componente biológico, es decir, no es químico ni sintético. La toxina botulínica tipo A se utiliza para relajar los músculos de la mímica facial a través de inyecciones intra-musculares, atenuando las líneas de expresión dinámicas (y NO las estáticas).
Actúa de forma local, bloqueando la liberación de la acetilcolina, lo que consigue una relajación del músculo de forma temporal. Su relajación no conlleva ningún daño en las estructuras nerviosas.
Es importante destacar que tratamos músculos, no arrugas. De hecho, en el sitio correcto, con las dosis correctas, el tratamiento es perfecto. Los resultados son espectaculares viéndose entre el 3 y 5 día.
Aplicaciones
Se suele infiltrar en las arrugas de expresión dinámicas más marcadas del rostro como son el entrecejo, la frente y a los lados de los ojos o lo que comúnmente conocemos como “patas de gallo”.
Otras zonas de aplicación son:
- El labio superior para atenuar las líneas de expresión del conocido “código de barras” (cuando no hay líneas estáticas y se usa para prevernirlas).
- Para corregir la sonrisa gingival.
- “Meso-Botox” para mejorar el acné activo.
- En el cuello para relajar las bandas que se acentúan en la zona central, producto del envejecimiento.
- Tratar la hiperhidrosis (sudoración excesiva) de axilas, palma de manos y planta de los pies.
Indicaciones
Zonas: cara, cuello, corporal (axilas, palmas de las manos y planta de los pies).
Sesiones: 2 veces al año (según cada paciente).
Duración del tratamiento: 30 minutos.
Dolor: Indoloro.
Recuperación: Inmediata.
Visibilidad de mejoría: A partir del 3 día.
Época del año recomendada: Cualquier época del año.
Tratamientos combinables: Todos los tratamientos faciales.